Rpgindustry.com Empresa ¡No habrá progreso si no cuidamos a los más vulnerables!

¡No habrá progreso si no cuidamos a los más vulnerables!

«La dramática emergencia sanitaria que ha afectado a nuestro país en los últimos meses y se está convirtiendo rápidamente en una emergencia social ha puesto de relieve los muchos problemas no resueltos de nuestro bienestar, que durante mucho tiempo han sido una miopía crónica hacia los grupos más frágiles. En un momento dramático como el que estamos pasando, habríamos esperado una actualización del Tercer Sector, que podría y debería haber desempeñado un papel crucial en el apoyo, por ejemplo, al sistema de salud en apuros a través de la experiencia de profesionales altamente cualificados, que representan un volante para toda la economía nacional», dice Francesca Di Maolo, presidenta del Instituto Serafico de Asís (Perugia), en una nota, y añade: «Las instalaciones de salud y atención social han sido penalizadas continuamente. Aunque tienen un acuerdo con el Sistema Nacional de Salud, han tenido que equiparse con todos los suministros de máscaras, guantes y desinfectantes porque, especialmente en la primera fase de emergencia, sólo se pensaba en las instalaciones públicas. Después de haber incurrido en todos los costes de los dispositivos de seguridad, ahora también sufrimos la burla de no poder solicitar el reembolso en virtud del Decreto Ley 18/20 [el llamado «Cura Italia», luego convertido en Ley 27/20, N.D.R.], que lo reserva sólo a las empresas, a menos que se tomen correctivos. Una limitación grave de la política es que lo ideal es que hable del Tercer Sector y de la Sociedad Civil, pero en realidad la ignora y lo demuestra precisamente en este caso, en el que no considera que tantos hospitales y centros de salud y sin fines de lucro de bienestar social no se gestionen en forma de empresa. Sin embargo, estas estructuras desempeñan un papel clave y están a la vanguardia de la lucha contra la emergencia del coronavirus. No estamos hablando de pequeñas realidades, sino también de centros nacionales de referencia en el ámbito de la salud, con a veces 100 años de experiencia».

«Por lo tanto, nos preguntamos, continúa Di Maolo, si todas nuestras instalaciones, nuestros operadores, las personas con discapacidad que cuidamos a diario son invisibles. Incluso a nivel regional, a menudo tratamos de reglamentos que se desintegran de una parte del Tercer Sector y hemos tenido pruebas de ello en todas aquellas regiones donde, en aplicación del artículo 48 del mencionado Decreto Ley 18/20, sólo se han hecho acuerdos con las Cooperativas Sociales, para la activación de los servicios de bienestar social y social, olvidando la otra parte del sector socio-sanitario de la organización sin ánimo de lucro que no lleva a cabo las actividades. A este ritmo, el Tercer Sector está en peligro de arrodillarse, condenándolo para siempre a la irrelevancia, con graves repercusiones tanto para miles de trabajadores como para las vidas de la población más vulnerable».

«Como saben», señalan desde la estructura de Umbría, que promueve y lleva a cabo la rehabilitación, actividades psicoeducativas y de salud social para niños y jóvenes con discapacidad física, mental y sensorial – con la «fase 2″ de la emergencia, el Gobierno ha decretado finalmente la posibilidad de la reapertura de centros de día para personas con discapacidad, dando luz verde a las mismas Regiones, que tendrán que garantizar la reactivación de los propios Centros a través de planes y protocolos territoriales específicos, de conformidad con lo dispuesto en la atención sanitaria de los usuarios. Sin embargo, aún no se han escrito protocolos específicos y las personas con discapacidad, y sus familias, tienen que lidiar con las respuestas que se siguen esperando. Una máquina compleja llena de contradicciones, que sufre de una atención y un apoyo sanitario insuficientes dirigidos a las categorías más frágiles incluso antes de la emergencia del Covid-19.»
«Esta expectativa -subraya el Presidente del Serafico- se está volviendo cada vez más pesada porque en estos meses de cierre de los Centros, la ASL y los municipios casi nunca han activado los coprotectos de servicios alternativos a las hospitalizaciones en los centros de día, aunque el Decreto «Cura Italia» no pusiera límites a las intervenciones: domésticas, remotas, o personalizadas e individuales, que se llevarán a cabo en los mismos centros de día. «Y si las instituciones –continúa– están comprensiblemente preocupadas por la reapertura de peluquerías, esteticistas y restaurantes, es necesario recordarles que nadie a nivel institucional ha podido decirnos cómo y cuándo podemos conseguir todas esas actividades sanitarias y sociales que son esenciales para que las personas vivan con dignidad.

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